El dolor, señor y no dueño
El dolor es un compañero ingrato, ni aplaude, ni jalea e, incluso, cuando apenas susurra, impone su voz desmemoriada circundando gestos y querencias. Esa es la cruda realidad del dolor… Continuar leyendo
El dolor es un compañero ingrato, ni aplaude, ni jalea e, incluso, cuando apenas susurra, impone su voz desmemoriada circundando gestos y querencias. Esa es la cruda realidad del dolor… Continuar leyendo
La amenaza suena a seria imposición, y más cuando ya has leído frases semejantes una y mil veces. La pantalla se torna esquiva; aquella página que creías poseer en concentrada… Continuar leyendo