Expresión de la crítica del pueblo al olvido manifiesto de su voluntad y sus emociones, los Juanillos recogen los deseos y los convierten en símbolo de una época marcada por los desvaríos de los gobernantes.
La costumbre consuma la expectación y transforma la simbólica quema en encuentros de mágica esperanza. El relato anónimo de los deseos quedará oculto, y para siempre, en la memoria evanescente de las llamas de San Juan en Cádiz.
Ángeles Jiménez
Publicado 30/6/13
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